Como sabéis, nos gusta convertir este espacio en un blog sobre productividad y eficiencia en el trabajo. Muchos de los trucos que aquí os contamos los aplicamos a nuestro propio día a día como secretarias online. De hecho, algunas de las cuestiones que os confesamos aquí las venimos realizando durante años para ofrecer un buen servicio de asistentes virtuales a nuestros clientes. Hoy queremos ir un poco más allá y presentaros algunas conclusiones sobre varios informes que explican cómo el cambio climático puede afectar a la productividad y rendimiento de los trabajadores de determinados países. Quizás sirva para que los mandatarios tengan más en cuenta los efectos del calentamiento global del planeta, no sólo por el impacto sobre el medioambiente, sino por los efectos sobre la economía, ya que, como demostraremos a continuación, el problema va más allá de lo ecológico.
Cuando nos referimos a días de trabajo perdidos no estamos hablando de quedarnos en casa descansando. Estamos hablando de ir al trabajo pero producir de forma mucho menos eficiente, debido al impacto del calor sobre nuestro consumo energético, nuestra capacidad de respuesta y nuestras facultades físicas a la hora de participar activamente en las tareas que tenemos que realizar.
Según Tord Kjellstrom, profesor del Instituto Internacional de Salud Global y coautor de varios artículos e informes sobre el cambio climático, se perderán en el año 2050 hasta el 4% de los días laborales a nivel productivo. Cada país, en función de su latitud, variará estos datos, pero nadie puede negar que es una pérdida importante de productividad, que tendría lugar en poco más de 30 años.
Según el informe “Observatorio de la vulnerabilidad climatológica” elaborado en el año 2012 y que tiene el objetivo de medir el impacto del cambio climático sobre la economía, el aumento de las temperaturas en los ratios mencionados hará perder, en el año 2030 más de 2 trillones de dólares a las empresas.
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Por regiones, el sur de Asia y África (zona oeste) serían de los más afectados con una pérdida de productividad estimada, debido al calor, de hasta un 12,1% en 2050, y un 11% respectivamente.
Los más reticentes a los cambios defienden que estas cifras sólo afectarían a los trabajos al aire libre. Nada más lejos de la realidad. El calor y el rendimiento afecta igual a una secretaria, que a una recepcionista que a un obrero de la construcción. No importa que se esté o no en la oficina. Diferentes informes médicos señalan a las altas temperaturas como causantes de un peor descanso, menos horas de sueño, peor hidratación, problemas de salud y menor predisposición a los cambios que con temperaturas más óptimas. Algunos de estos factores aumentan el gasto sanitarios de países como España, que cuentan con un servicio público de asistencia que es financiado con los impuestos de todos los ciudadanos.
Por último, señalar también que suplir estas temperaturas con aparatos de aire acondicionado y otras fuentes de frío es factible, pero a su vez requiere de un coste que tendrán que asumir las empresas y gobiernos para intentar mantener ratios de productividad aceptables. Y sólo en los ambientes de trabajo, ya que fuera de ellos puede no haber climatizadores que mejoren el descanso de los empleados.
En definitiva, el calentamiento global afectará a todo tipo de trabajos por igual y, en consecuencia, los ratios de producción bajarán, según los informes mencionados. Esto generará multimillonarias pérdidas a nivel mundial, aportando una nueva razón para prestar atención a los efectos del cambio climático.