Antes de abrir un nuevo negocio o comenzar un proyecto es fundamental que tengas claro que los clientes son lo primero. Son el componente que más influencia tiene sobre el crecimiento o estancamiento de tu empresa. Independientemente del sector en el que trabajes, los clientes son una pieza fundamental ya que sin ellos no existiría el negocio. Por ello, tu objetivo principal debe ser aumentar la cartera de clientes. Y, ¿cómo? Necesitas fidelizarlos mediante buenas prácticas y con la labor de una telesecretaria. ¿Quieres saber cuáles son?
Te lo veníamos comentando. Existen una serie de prácticas para fidelizar clientes, pero esas prácticas las tendrá que poner en marcha alguien. La persona más recomendada para ello es una telesecretaria. Estará en contacto directo con los clientes para resolver sus cuestiones y ofrecerles soluciones. Es una figura empresarial con varios años de experiencia. Además, este profesional está adaptado a las nuevas tecnologías, por lo que establece relaciones con los clientes mediante los soportes más utilizados hoy en día.
Con la telesecretaria podrás ofrecer una atención personalizada. No solo te preocupará saber cuántos clientes tienes, sino que conocerás a ellos de forma individual. Les pondrás nombre y apellidos y ajustarás tus productos o servicios a sus necesidades.
De nada sirve focalizar los esfuerzos en la elaboración de productos de calidad o en el ofreciente de grandes servicios si no dispones de una buena atención al cliente. La fidelización se consigue mejorando la experiencia de los clientes, y esforzándose en trasmitir tu filosofía y tus ventajas respecto a la competencia.
Una buena estrategia es aprovechar los buenos comentarios o valoraciones que hacen los clientes sobre tu empresa, para compartirlo posteriormente. Es una buena forma de atraer nuevos clientes y de conseguir fidelizarles con las mismas técnicas.
Los clientes valoran mucho el interés de la empresa por sus sensaciones acerca del producto o servicio que han adquirido. Un error muy común es vender y olvidarse del cliente, sin prestar atención a que puede volver a repetir experiencia con nosotros. Se deben sentir respaldados y con la seguridad de que si su producto o servicio no ha sido de agrado, será recompensado de alguna manera.